22 abril 2007

Ricardo, Sancho el Fuerte y el torneo de Pamplona.

Otro de los tópicos con los que nos solemos encontrar cuando se trata de explicar por qué Ricardo 'Corazón de León' se casó con Berenguela, y no con su prometida oficial, Aélis de Francia, es el de que éste se quedó totalmente prendado de su belleza tras conocerla en un torneo organizado en Pamplona por Sancho 'el Fuerte' [01]. La cita se suele concluir, habitualmente, añadiendo que Ricardo le dedicó inflamados versos de amor, o algo similar. Pero, una vez más, nos encontramos ante otra afirmación que no cuenta con el apoyo de las fuentes.

Lancelot luchando con Agravain para evitar que Ginebra sea quemada.

Hasta donde me he podido remontar, la primera vez que se recoge este episodio es en la biografía de Berenguela que Agnes Strickland incluyó dentro de su obra The Queens of England. Se trata de un trabajo típico de una época en la que la historiografía romántica era la corriente en boga. Aunque muy meritorio para entonces, hoy en día no puede ser tomado como referencia o fuente de información, salvo que su lectura se haga con la intención de encontrar el origen de afirmaciones como la que nos ocupa.

Ricardo Corazón de León era conde de Poitiers cuando vio por primera vez a Berenguela, la bella hija del rey de Navarra, Sancho el Sabio. Fue con ocasión de un gran torneo organizado por el valiente hermano de ella [Sancho ‘el Fuerte’] en Pamplona, su ciudad natal. Desde ese momento Ricardo se sintió cautivado por la belleza de Berenguela, pero su compromiso con la bella y delicada Alicia de Francia le impidió pedir su mano... Entre Ricardo y Sancho el Fuerte, el bravo hermano de Berenguela, existía una ferviente relación de amistad desde su juventud. Algunos intereses en común habían propiciado que Ricardo intimara con la familia real navarra. El padre y el hermano de Berenguela eran célebres por su habilidad y autoridad en la poesía provenzal; ella misma era una princesa docta. Y como Ricardo, además de poeta, como regente de Aquitania era el príncipe y juez de todos los trovadores, fue natural que terminara por establecer vínculos de amistad con una familia cuyos gustos y aficiones eran similares a los suyos. Nadie puede asombrarse, por tanto, que el amor del apasionado Ricardo se fortaleciera al tratar con la bella, cultivada y virtuosa Berenguela dentro de ese ambiente familiar... pero un largo y secreto noviazgo, repleto de esperanza aplazada, fue el destino de Ricardo Corazón de León y la bella flor de Navarra. La fecha más temprana que nuestros historiadores han dado para el encuentro entre Ricardo y Berenguela lo sitúa hacia 1177... [02]

Bueno, pues así entendió Agnes Strickland, o el historiador en el que se basó, que se forjó el compromiso. Su reconstrucción tiene cierto apoyo documental, pero ni el nivel de detalle que ofrece ni las conexiones que realiza, superan un análisis mínimamente crítico.

Ciertamente, según se lee literalmente en el Itinerarium Regis Ricardi, Ricardo ya conocía a Berenguela con anterioridad a su llegada a Sicilia:

Así pues, mientras que cada uno se prepara para emprender su camino, se adelantan unos heraldos trayendo al rey Ricardo noticias de que su madre, la reina Leonor, apresurándose tras él y recorrido mucho camino, se hallaba ya muy cerca, y de que traía con ella a la noble doncella llamada Berenguela, hija del rey de Navarra y futura esposa del rey. En efecto, desde mucho tiempo atrás, desde los tiempos en que [Ricardo] era conde de Poitiers, la había deseado mucho, cautivado por la elegancia de carácter de la joven, y no menos por lo ilustre de su estirpe. Por esta causa el propio padre de la doncella, el rey de Navarra, la había encomendado a la madre del rey Ricardo para que ella la condujera hasta él, de modo que, según había dispuesto, la hiciera su esposa antes de embarcar. Así que todos estaban felices ante la llegada de la comitiva. [03]

Castillo de Niort. Durante la Pascua de 1170, Leonor celebró una suntuosa corte en la que los barones del Poitou rindieron por primera vez vasallaje a Ricardo.

Iglesia de Saint-Hilaire, Poitiers. Tras la presentación de Niort, madre e hijo dedicaron gran parte de su tiempo a recorrer, en varios viajes, las extensas tierras de Aquitania. Finalmente, en junio de 1172, Ricardo fue solemnemente investido en esta iglesia con el condado de Poitou y el ducado de Aquitania. A partir de este momento, y hasta su coronación como rey de Inglaterra, gustó de ser reconocido como conde de Poitiers.

Pero este pasaje sólo permitía establecer que ese encuentro en el que ambos se habrían conocido se produjo antes de que Ricardo fuera proclamado rey de Inglaterra, es decir, antes de 1189; nada más. Por tanto, había que localizarlo cerca de Navarra para poder sospechar cuando pudo producirse, toda vez que los movimientos de las princesas estaban muy limitados. Y el momento elegido fue el de la campaña militar emprendida por Ricardo a comienzos de 1177 para sofocar la rebelión de algunos nobles del actual País Vasco-Francés:

...tan pronto como acabó la Navidad, [Ricardo 'Corazón de León] sitió la ciudad de Dax, que su propio vizconde Pedro y el conde de Bigorra habían fortificado contra él, y la tomó en menos de diez días. Luego cercó la ciudad de Bayona, cuyo vizconde Arnaldo Beltrán la había fortificado contra él, y la tomó en menos de diez días. Desde allí hizo avanzar su ejército hasta los puertos de Cisa [una comarca de la actual Baja Navarra o Navarra francesa], a los que ahora se les llama Puertas de Hispania [a entender como una referencia geográfica similar a Península Ibérica]. Sitió el castillo de San Pedro [en las proximidades de San Juan de Pie de Puerto], lo tomó y lo demolió. Obligó a vascos [en el s. XII sólo se denominaba así a los actuales vasco-franceses] y navarros a jurar que a partir de entonces y a perpetuidad, guardarían paz entre ellos y con los peregrinos. [04]

Con Ricardo al otro lado de la frontera navarra, ya sólo quedaba dar con la causa que le podría haber animado a cruzarla para trasladarse hasta la corte de la familia real navarra. Y es aquí cuando, quien fuese, concluyó que la celebración de un torneo en Pamplona se antojaba como la solución que daba respuesta a todos los interrogantes [05]. Por un lado, porque al disfrutar Ricardo y Sancho ‘el Fuerte’ de la fama de los grandes guerreros, se deducía que ambos habrían sido grandes aficionados a la práctica del deporte favorito de los caballeros; y, por otro, porque dos episodios en los que se documenta que el príncipe navarro acudió en apoyo de los intereses del Plantagenet, harían evidente la existencia de una relación de leal amistad entre ambos.

La lógica de toda esta argumentación, sin embargo, comienza a desmoronarse cuando se intenta dar un origen a esa amistad, pues para nada está acreditado que Sancho ‘el Sabio’, Sancho ‘el Fuerte’, o Berenguela, cultivaran la poesía o la música provenzal [06]. Por otro lado, la existencia de esa relación de amistad entre Ricardo y Sancho ‘el Fuerte’ tampoco se puede retrotraer más allá de la celebración del matrimonio del primero con Berenguela, pues los episodios que la sustentan se produjeron con posterioridad al enlace, y como consecuencia de las contrapartidas políticas acordadas. Además, Ricardo 'Corazón de León', al contrario que sus hermanos Enrique 'el Joven' y Godofredo, no acostumbraba a participar en dichos festejos [07]. Por si fuera poco, la elección de Pamplona como el lugar de su celebración tampoco es verosímil, puesto que como señorío del Obispo que era, difícilmente podría haber albergado un espectáculo repetidamente condenado por la Iglesia [08]. Además, el poder que el obispo ejercía sobre Pamplona hacía que los reyes apenas la frecuentaran [09]. De hecho, por los lugares en los que fueron expedidos la mayoría de los diplomas reales, se concluye que la ciudad que durante más tiempo alojó a la corte de Sancho ‘el Sabio’ fue Tudela. [10]

Tudela. A la derecha, el puente sobre el río Ebro; en el centro, la torre de la iglesia de la Magdalena; a la izquierda, la catedral de Santa María. Monumentos todos del s. XII.

Por tanto, no es sólo que el episodio del torneo de Pamplona no esté documentado, es que en base a la información conocida es improbable que se hubiera podido producir nunca. Pero para bien o para mal (más para lo último que para lo primero), las palabras de Agnes Strickland siguen ahí, grabadas en tinta indeleble y al alcance de historiadores, divulgadores y literatos, a veces demasiado crédulos, y a veces demasiado desaprensivos.

Estos últimos han ido aún más lejos a la hora de interpretar esa ferviente relación de amistad juvenil entre Ricardo y Sancho ‘el Fuerte’ que imaginó, o recogió, Agnes Strickland. Así, al dar por cierta la homosexualidad de Ricardo, han concluido que esas palabras lo que realmente esconderían sería una relación de amor homosexual entre ambos príncipes. Sin comentarios. No merece la pena dar pábulo a afirmaciones cuyo único objetivo es el de alcanzar notoriedad y/o aumentar la venta de trabajos mediocres. Si ya se había convertido en homosexuales a Robin Hood, un personaje mitad legendario mitad real, y a Blondel de Nesle, un trovador que erroneamente se hace contemporáneo de Ricardo, por el mero hecho de haber sido presentados como amigos suyos, era evidente que tarde o temprano le iba a tocar el turno a Sancho 'el Fuerte'.

Manuel Sagastibelza

[01] Luis del Campo, lo recoge diciendo: "Refieren que Ricardo Corazón de León, se desplazó a la Corte de Navarra con motivo de un torneo organizado por Sancho el Fuerte. Conoció a Berenguela e hizo tanta mella en su espíritu, trovador y amigo de poetas, que la dirigió "versos inflamados" de ardiente amor. Juzgan que tal recuerdo motivó que la madre del futuro rey de Inglaterra, conocedora del lance, forjara en fecha posterior el matrimonio de su hijo con la Infanta de Navarra". Berenguela. Infanta de Navarra. Reina de Inglaterra, p. 39.
Regine Pernaud también se refiere en parecidos términos: "Ella no estaba sola: una joven la acompañaba, Berenguela, hija del rey Sancho de Navarra. Leonor se había acordado muy oportunamente que cuando Ricardo fue invitado a la corte de Pamplona con ocasión de un torneo organizado por el hermano de Berenguela, le había dirigido unos versos inflamados". Aliénor d'Aquitaine, p. 233.
James Reston dibuja a Leonor repasando "las casas reales europeas en busca de una candidata apropiada", y cayendo en la cuenta de que Ricardo "durante unas justas en Pamplona... había expresado algún interés en la hija del rey de Navarra, una doncella bonita y soñadora". Guerreros de Dios, p. 156.
Mairin Mitchell, añade una novedad: la presencia de Leonor en Pamplona durante la celebración del torneo. Lo que no cree esta autora, es que Ricardo le dedicara verso alguno a Berenguela: "No era el hermano de Berenguela, Don Sancho el Fuerte, un extraño para Leonor, ella se había encontrado con él con ocasión de la visita que ella realizó a la capital navarra cuando Ricardo acudió para tomar parte en un torneo celebrado allí. Para entonces ya se había formado un vínculo entre las familias reales de Navarra y la dinastía normanda representada por Ricardo, pues él y Sancho el Fuerte eran compañeros de caballería. Pero la historia de que en un torneo Ricardo rindió cortesía a Berenguela de acuerdo con el Tractatus no debería ser tomada en serio. Es sabido que Ricardo estuvo allí en 1177 y ha sido apuntado por los cronistas de entonces que la princesa vascona, cuando tenía trece años, perdió su corazón por un combatiente de aspecto distinguido, tan alto que ensombrecía a los demás competidores, y cuyos rojos cabellos y ruda complexión delataban su procedencia norteña". Berengaria. Enigmatic Queen of England, p. 30.
Henri Chardon se muestra mucho más cauto y no alude directamente a ninguna parte del episodio, aunque sí que parece estar influenciado parcialmente por la versión de Agnes Strickland: "Cuando Ricardo no era más que conde de Poitou y brillaba en esas ricas cortes del sur llenas de princesas amables y letradas, y de este tropel de trovadores caballeros de los que era el ídolo e imitador, él ya se había fijado en la joven Berenguela, y, seducido por la elegancia de sus modales y la notabilidad de la raza de esta noble hija de los Ximénez, había conservado un amoroso recuerdo y deseaba tenerla por esposa". Histoire de la Reine Bérengère, Femme de Richard Coeur de Lion et Dame Douairiêre du Mans, p. 10.
Fernando de Ibarra, cuya predisposición para ningunear a Berenguela es más que evidente (otra cosa sería si ésta fuera castellana), ofrece una versión más personal del supuesto acontecimiento. No pudiendo soportar que una navarra hubiera podido cautivar con sus virtudes y belleza al héroe inglés, este miembro de la Real Academia de la Historia de España rescribe el episodio en estos términos: "Durante estos años Ricardo tomó parte en Pamplona en un importante torneo del que salió vencedor, y al que asistió la infanta Berenguela, hija de Sancho VI 'el Sabio', que era el anfitrión. Compartía Ricardo aficiones de caza, caballos, torneos y aventuras en tierras gasconas con su futuro cuñado Sancho 'el Fuerte', y aunque posiblemente apenas reparase en Berenguela por ser una joven de poca estatura morena, «más inteligente que bella», según los cronistas, al menos conoció su existencia". Matrimonios Reales Hispano-Británicos en el Medievo, “Póker de Reinas”, “Ricardo I 'Corazón de León' de Inglaterra y Berenguela de Navarra”, t. I, libro 2, p. 104-105.
Juan Balansó, en una demostración de lo que es escribir sin el más mínimo rigor histórico, llega a inventarse el contenido de los rezos de Berenguela, a asignar a Bertrand de Born la autoría del inexistente poema que supuestamente recogería el episodio, e incluso a meter en escena al trovador Blondel de Nesle acompañando a Ricardo, cuando ambos probablemente nunca coincidieron. También aporta como novedades el año en que se habría celebrado el torneo, 1187 en lugar de 1177; y el organizador del torneo, Sancho VI en lugar de su hijo: "Leonor de Aquitania, bien que septuagenaria, no había dudado en acudir a Pamplona, sorteando las fatigas del viaje, para pedir, con pasmosa celeridad la mano de la infanta Berenguela de Navarra, reputada como la princesa más bella de su época, y buena hasta el punto de que sus pasatiempos más atrevidos consistían en hilar lana o en rezar para que los moros fueran expulsados de España. Tres años antes Berenguela no había podido resistirse a la frivolidad de asistir a un torneo ofrecido por su padre, Sancho el Sabio, en su capital navarra. Entre los caballeros que participaban en la justa se encontraba Ricardo de Inglaterra, guaperas, fornido y arrojado. De creer al bardo Bertrand de Born, la joven infanta, tan inexperta que no conocía entre los sexos más diferencias que las de la indumentaria, quedó del galán prendada, mientras que aquella misma noche, Ricardo, en estrecha unión con su trovador Blondel, dirigió versos inflamados a Berenguela...". Las alhajas exportadas, p. 31-32.
La más original de todas las versiones la ofrece Gérard Levacher, pues en su biografía parcialmente novelada, localiza el torneo en Bayona. La Reine oubliée. Bérengère de Navarre, pp. 125-132.
[02] Agnes Strickland, The Queens of England, vol. I, edición Extra Ilustred Copy (1840-1902), p. 300.
[03] "Itinerarium peregrinorum et gesta regis Ricardi" en Chronicles and memorials of the reign of Richard I, p. 175, de Williams Stubbs. Inicialmente atribuido a Godofredo Vinsauf, o Vinisauf, en realidad fue redactado por Ricardo de Templo, canónigo de la Santa Trinidad de Londres. La originalidad de su contenido fue puesta en cuestión tras el descubrimiento, a finales del siglo XIX, y en la biblioteca del Vaticano, de L'Estoire de la Guerre Sainte de Ambroise; un juglar-poeta anglonormando que acompañó a Ricardo en la cruzada. Puesto que éste se identifica en varias ocasiones en sus escritos, hay que pensar que el Itinerarium no es más que la ampliación de una anterior traducción al latín del L'Estoire de Ambroise. La traducción al castellano que aquí se ofrece es gentileza de Alicia Mª Canto y De Gregorio.
[04] Rogerio de Hoveden, Chronica, II, p. 117.
[05] Ann Trindade confirma que el episodio no está apoyado por el rigor de las fuentes y le adivina un origen trovadoresco. Berengaria, In search of Richard the Lionheart's Queen, p. 43.
[06] Se sabe que en la corte navarra se apreciaba la música y que incluso la escuela de música polifónica establecida durante el reinado de Sancho 'el Sabio' era admirada por toda Europa, pero ni un sólo documento permite, siquiera, insinuar que los miembros de la familia real navarra cultivaran su composición.
[07] Jean Flori, Ricardo Corazón de León. El príncipe cruzado, p. 386-391.
[08] Los torneos fueron prohibidos por la Iglesia en el concilio de Letrán de 1179. Ver también: Jean Flori, A Brief History of Knighthood. From History to the chivalry myth, p. 27.
[09] A este respecto, José Mª Lacarra advierte: "Hay que tener en cuenta que Pamplona era una ciudad sometida al señorío del obispo. Con la restauración de la monarquía sólo había un obispo, el de Pamplona, con sede en el reino. Sus grandes rentas hacían de él el señor más poderoso de Navarra. Esto, y el señorío que ejercía sobre la ciudad de Pamplona, sería fuente de graves conflictos con la corona durante dos siglos". Historia del Reino de Navarra en la Edad Media (1975-2000), p.128.
[10] Juan Francisco Elizari, Reyes de Navarra, VIII*, Sancho VI el Sabio, p. 324 (pp. 205-6 en la edición de bolsillo): "Es probable que hasta su última enfermedad el monarca permaneciera en su residencia tudelana, la más frecuentada a lo largo de su vida a juzgar por el número de diplomas reales -casi la mitad del total- que se expidieron en ella".

02 abril 2007

Sobre la "no consumación" del matrimonio.

Es bastante frecuente que al hablar del matrimonio de Berenguela y Ricardo 'Corazón de León' se asegure que éste nunca fue consumado. La afirmación no tiene fundamento histórico alguno, pero a base de haber sido repetida una y otra vez por divulgadores y literatos de poca monta, ha terminado considerándose como cierta e indiscutible. Es lo que sucede cuando se escribe sin estudiar las fuentes originales o, en su defecto, sin recurrir a trabajos de investigación serios.

El bulo tiene su origen en un comentario realizado por el cronista Ricardo de Devizes a propósito de la partida del ejército cruzado inglés desde Sicilia hacia Tierra Santa. Al describir la formación de la flota dice:

La flota de Ricardo, rey de los ingleses, se hizo a la mar, y procedió en este orden. En la vanguardia iban sólo tres barcos, en uno de los cuales viajaban la reina de Sicilia [Juana Plantagenet, hermana de Ricardo] y la joven doncella de Navarra, probablemente todavía virgen.... [01]

Aunque esta miniatura recoge a Berenguela y Ricardo navegando juntos, lo cierto es que siempre lo hicieron en embarcaciones distintas.

Teniendo en cuenta que por entonces Berenguela y Ricardo estaban solteros, la apostilla del cronista carece de sentido alguno... salvo que su intención fuera la de dejar leer entre líneas que ambos príncipes no esperaron a la boda para conocerse carnalmente. Porque si sólo hubiera querido aprovechar, aunque sin venir a cuento, la descripción de la flota para informarnos de que todavía no se habían casado, no era necesario cuestionar lo obvio con ese "probablemente" tan propio de los cotilleos[02]. Pero, sorprendentemente, el comentario de Devizes nunca ha sido entendido en este sentido, sino que ha dado pie a que se piense lo contrario.

No es necesario romperse la cabeza para intuir cuál puede haber sido el proceso que ha concluido en semejante distorsión. Seguramente, ante la extrañeza del comentario, en un momento dado el subconsciente de algún historiador terminó haciéndole creer que éste se recogía cuando el ejército inglés abandonaba Chipre, y no Sicilia; es decir, cuando estaban ya casados. Creada la confusión, ya sólo era cuestión de leer en esa clave lo acontecido después, para terminar afirmando algo que no se puede sostener con un mínimo de rigor.

El hecho de que Berenguela fuera representada en su efigie tumbal como uno doncella (pelo suelto), también ha sido considerado como un argumento más para apoyar la teoría de la no consumación. Afirmaciones de este tipo sólo demuestran que quien las formula ignora el simbolismo que encierra la representación de una esposa a modo de novia virgen.

Primero, porque sería un sinsentido. Ricardo necesitaba con urgencia dotarse de un heredero que garantizara su descendencia, sobre todo cuando se encontraba en vísperas de iniciar una peligrosa campaña militar: la Tercera Cruzada. De no querer consumar su unión, no habría convenido un matrimonio tan comprometido políticamente, y que le llevó a enfrentarse con su principal socio de expedición, Felipe Augusto de Francia. [03]

Segundo, porque aunque la homosexualidad de Ricardo fuera cierta, ésta no sería exclusiva. Gracias al cronista Rogerio de Hoveden (o Roger de Howden), sabemos que tuvo un hijo natural durante su juventud[04], y que gustaba de abusar de las mujeres de las aldeas cuyos señores se habían revelado contra él.

Decían que no quería de ninguna manera seguir cuidando su tierra de Ricardo, afirmando que era malo para todos, peor que los suyos, peor todavía para sí mismo. Pues raptaba a la fuerza a las esposas e hijas y las parientes de los hombres libres y hacía de ellas sus concubinas; y cuando había saciado con ellas sus ardores libidinosos, las entregaba a sus milites a guisa de mujeres públicas.[05]

Tercero, porque la ausencia de un hijo, más que considerarse como un indicio de la no consumación de un matrimonio, debe ser entendida como lo que significa en cualquier pareja: la infertilidad de al menos uno de los miembros. Al conocerse la existencia de un hijo de Ricardo, este problema ha sido tradicionalmente atribuido a Berenguela, lo que es perfectamente posible. Pero entonces, ¿por qué no fue repudiada? El Papa no habría puesto ningún impedimento para que el matrimonio se anulara. Se podrá pensar que Ricardo no estaba en disposición de renunciar a su mejor aliado, y es cierto; pero también lo es que, tras su regreso, y una vez recuperado el control de sus dominios, el apoyo de Navarra no era ya tan vital para salvaguardar sus intereses en el sur de Francia. Por tanto, cabe preguntarse por la posibilidad de que él fuera consciente de que el esteril era él. Esto también explicaría por qué, extrañamente, no se le conocen más bastardos. [06]

Y cuarto, porque a pesar de que Berenguela y Ricardo se distanciaron durante su estancia en Tierra Santa, otra vez según Rogerio de Hoveden, ambos volvieron a reconciliarse y a unirse:

Ese día [4 de abril de 1195], el Señor lo golpeó al mandarle una grave enfermedad; entonces, el rey hizo venir a unos religiosos a su presencia y no enrojeció al confesarles la indignidad de su vida; después de haber hecho penitencia, recibió a su mujer, a quien no había conocido en mucho tiempo. Rechazó los acoplamientos ilícitos, se unió a su esposa y los dos se convirtieron en una sola carne; el Señor devolvió la salud a su cuerpo y a su alma. [07]

Este episodio, que también sirve para desmontar otra de las falsedades que se repite sin cesar, la de que tras la Cruzada nunca volvieron a estar juntos, curiosamente es parte de uno de los argumentos esgrimidos para apoyar documentalmente la homosexualidad de Ricardo. Dar credibilidad a una parte e ignorar la otra, sólo refleja un acercamiento demasiado parcial e interesado a las fuentes.

Manuel Sagastibelza

[01] Richard of Devizes, Chronicle, traducción de J.A.Giles, p. 37.
[02] Según comenta Ann Trindade, Berengaria, In search of Richard the Lionheart's Queen, p. 84, la crónica de Ricardo de Devizes fue una especie de diario privado escrito para un amigo cercano. Esto explicaría la libertad que se tomó para expresar sus opiniones, o para exponer sus fuertes prejuicios a la más mínima oportunidad. Al contrario que Ambrosio o Rogerio de Hoveden, él no estuvo presente en la Tercera Cruzada, por lo que se debió limitar a recoger lo dicho por terceros. Precisamente por esto, su trabajo no se considera correcto en lo que respecta a la información que proporciona sobre la Cruzada.
[03] Ricardo y Aélis de Francia (también mencionada por las fuentes como Alix, Adelaida y Alicia) fueron comprometidos en 1169, cuando apenas contaban 12 y 9 años, respectivamente. A pesar de las reiteradas protestas de Luis VII, primero, y Felipe Augusto, después, por el incumplimiento de lo pactado, lo cierto es que ni Enrique II ni Ricardo tuvieron intención de celebrar la boda. Los motivos los desveló Ricardo poco antes de la llegada de Berenguela a Sicilia: Enrique II había hecho de Aélis su amante, e incluso había concebido con ella un hijo. Hasta entonces, padre e hijo se habían limitado a dar largas confirmando que cumplirían con su parte del acuerdo. Las últimas promesas las hizo Ricardo poco antes de partir hacia Tierra Santa. Primero se comprometió a hacerlo antes de que ambos reyes iniciaran la expedición, pero llegado el momento, Ricardo volvió a solicitar otra prórroga. De este modo evitaba que Felipe Augusto pudiera arruinar la cruzaba, pues daba por seguro que el francés se echaría para atrás si le desvelaba su intención de no esposarse con Aélis.
[04] Hoveden, IV, p. 97; y también en Archives historiques du Poitou, 4, pp. 21-22. El nombre que puso a este hijo fue Felipe.
[05] Rogerio de Hoveden, Gesta Henrici, I, pp. 291-293.
[06] A propósito de esta cuestión, Ann Trindade, Berengaria. In search of Richard the Lionheart's Queen, pp. 21 y 194, también considera la posibilidad de que el esteril fuera Ricardo. A ella también le extraña que no se conozcan más bastardos suyos, por lo que recuerda que alguna de las numerosas enfermedades que padeció, o alguna de las heridas que recibió durante cualquiera de los combates en los que acostumbraba a participar, bien pudo haberle vuelto infertil.
[07] Hoveden, III, pp. 288-289. Jean Flori, Ricardo Corazón de León. El rey cruzado, p. 489, traducción de Mari Carmen Llerena.

01 abril 2007

Los bolsos de Berenguela

Hoy traigo al blog los dos bolsos que, con el nombre de la infanta navarra, sendos artesanos venden a través de internet. Ambos dicen haberse inspirado (el primero) o basado (el segundo) en el limosnero representado en la efigie tumbal de Berenguela.

http://www.peterprince.net/peter_princeBerengaria.htm


http://www.highfiber.com/~bohemond/Bootshop/pouch-page/ber-pouch.htm


Claro que, viendo la imagen real del limosnero, a uno le cuesta encontrar conexiones con la fuente que les ha inspirado.

El limosnero, en el que se "transparentan" hasta seis monedas, recuerda las obras de caridad realizadas por Berenguela.

Este interés por reproducir el limosnero de Berenguela se debe a que, por lo visto, es uno de los mejores ejemplos para conocer con detalle cómo eran estos pequeños complementos en el vestir que, con el paso del tiempo, se transformaron en los bolsos de mano. Además, según se puede leer en Accessories of Dress, el limosnero resulta también interesante por la singular longitud de sus cordones.

Accessories od Dress: An Illustrated Encyclopedia, de Katherine Morris y Bess Viola. Reprodución de la página en la que se comenta el limosnero de Berenguela. Como se comprueba al final, también toman como ejemplo un bolso que debió pertencer al sobrino de Berenguela, el rey Teobaldo I "el Trovador" de Navarra, y IV de Champaña. Eso sí, las autoras no han manejado muy bien las fechas: Berenguela murió en 1230 y Teobaldo en 1253.

En fin. Está claro que para el conocimiento de la Historia, todos los detalles, por insignificantes que puedan parecernos, cuentan.

Manuel Sagastibelza